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En una  sociedad  que pretender  ser  justa, no hay renglón económico mas  acertado  que el turismo que genera  inmensa  riqueza   y la  redistribuye automáticamente.

Los hechos ocurrentes que a todos nos preocupan se encuentran marcados en estos días por catastróficas decisiones de gobernantes de algunos países que han perdido la cordura ante la terrible situación que la covid-19 les ha colocado dejando ver su pobre capacidad para gobernar y un profundo desconocimiento en cuanto se refiere a las consecuencias que el movimiento de personas – el turismo – tiene para el desarrollo del mundo.
Es asombroso comprobar esta ignorancia cuando el estado de bienestar que la sociedad mundial ha conseguido está basado precisamente en el movimiento turístico, que los entendidos han calificado hasta de fenómeno.
Lo hemos analizado y publicado recientemente, como es imposible que esta situación a la que se llegó después de una larga travesía, se hubiese producido sin la distribución de la riqueza que produce el movimiento turístico.
El empuje de la aviación, la hotelería y el transporte terrestre, son valores simples que no hace falta resaltarlos mucho para mostrarlos como los índices mas visibles de la calidad del empleo, donde la cultura en general y la convivencia humana en particular, son sus principales logros, los cuales indiscutiblemente producen esa distribución de la riqueza que hace afianzar la calidad de vida de los pueblos.
Produce estupor comprobar como, aun viendo el panorama presente, algunos países que se destacan en el mundo por su acendrada cultura, conocimientos e historia, estén gobernados, en todos los sentidos, por personajes que viven de espaldas a esta realidad, y que sus disparatadas decisiones entorpezcan sin mas, las acciones que podrían contribuir a paliar todos los males que con sus erradas decisiones han provocado, empecinados en seguir dictando decretos y ordenanzas incomprensibles y ridículas, que dan lugar a cambios constantes y retrocesos en sus ejecuciones, con tristes y pobres consecuencias para la población.
Llegamos así, a comprender el porqué se descuidó la sanidad llevándonos a la crítica situación actual, como una suma del desconocimiento y la poca importancia que se le daba al turismo, el cual estaba huérfano de los cuidados que requería por parte de los organismo públicos, para no padecer la quiebra que hoy se ha presentado.
La situación no parece haber cambiado mucho en algunos países donde no se le ha dado la prioridad necesaria al movimiento de sus habitantes, y se adoptan medidas para protegerles del coronavirus, pero se les deja sin los recursos necesarios para su subsistencia, fundamentalmente la alimentación, encaminándoles hacia una pobreza que ya alcanza índices mas que preocupantes con la abundancia de mendigos en las calles en busca de algo que comer.
Un panorama aterrador, que parece estar solo en sus comienzos.
No nos lo contaron, lo estamos viviendo.

* Del Grupo de Expertos de la Organización Mundial del Turismo, de las Naciones Unidas. ONU.

 

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