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Muchos años antes de que el Gran Premio de España se ubica en Montmeló, el circuito de Montjuic fue uno de los más temidos en la Fórmula 1.

El circuito de Barcelona- Cataluña, fue construido como parte de los Juegos Olímpicos de 1992. La pista se encuentra a 30 minutos de la ciudad e iba a contar la contrarreloj de equipos de ciclismo, pero su objetivo a largo plazo era albergar la Fórmula 1 nuevamente.

La simbólica colina de la ciudad tuvo un papel importante en la historia de la ciudad Condal. Dada su ubicación fue uno de los lugares perfectos para fortificaciones medievales.

Para el siglo XX, la montaña volvió a tener gran importancia siendo la sede de la Feria Mundial de 1929. Para los años 30 la ciudad propuso una alternativa antifascista de los Juegos Olímpicos de Berlín de 1936 de Hitler la cual fue cancelada al darse el inició de la Guerra Civil española. 

Para 1933 y 1936, la montaña también fue testigo de cuatro ediciones del Gran Premio de Penya Rhin, una carrera que fue practicada de forma irregular en tres circuitos urbanos en diferentes barrios de la ciudad.

Luego de la II Guerra Mundial, Barcelona fue incluida en el mundial de 1951 en Pedralbes, pero luego de lo ocurrido en Le Mans en 1955, la pista desaparece del calendario.

La F1 retorno a España hacia los años 70. El circuito del Jarama, a las afueras de Madrid, tuvo alternancia con Montjuic.

Montjuic alegraba la vista de todos, mientras recorría una colina llena de historia, los 3,79 km unían varios lugares importantes y daba unas vistas maravillosas.

 El paddock se ubica en el antiguo estadio olímpico y desde la recta, los coches descendían hacia la Fuente Mágica, haciendo su recorrido por el Teatro Griego, El Museo Nacional, entre otros puntos de interés de la ciudad para al finalizar regresar a la recta principal.

Montjuic fue un lugar de gloria para el automovilismo, con cambios de altura y peraltes que mostraban su similitud con Mónaco. Sin embargo, el peligro allí era inminente. En la parte final la velocidad aumentaba de forma considerable para ser una pista urbana, pero era aún más peligroso el no tener algún tipo de escapatoria. Al estar rodeada de árboles, la pista solo era separada por los límites del asfalto con los guardarraíles. 

El punto crítico llegó en 1975, cuando algunos pilotos protestaron luego de que se reveló en una inspección, que algunas partes de los guardarraíles no estaban colocados de forma correcta.

François Cevert y Hulmut Koinigg murieron de forma trágica en Watkins Glen en años anteriores por las barreras sueltas, y esto aún está muy presente en la memoria de las personas quienes no querían ver más tragedias en las competiciones.

La Federación Internacional del Deporte del Automóvil (FISA) presionó a la organización local para arreglar los guardarraíles, sin embargo, esto seguía siendo una solución bastante cuestionada. Los libres fueron cancelados, mientras que solo un pequeño grupo de pilotos decidió aventurarse a correr en la segunda sesión. 

Las reparaciones realizadas durante la noche, seguían sin satisfacer a los corredores. Luego de tres vueltas, Fittipaldi ya había visto todo, se bajó de su McLaren M23 y se dirigió de inmediato al aeropuerto.

Sin embargo, las carreras siguieron su curso incluso sin el campeón del momento y con resultados negativos de las votaciones de los participantes de la Fórmula 1.

Después de esto, el temor no se hizo esperar, Rolf Stolmmelen perdió un alerón trasero de su auto y este salto sobre las barreras. Allí 5 espectadores, entre los que se encontraban un fotógrafo y un bombero, fallecieron. 

Esta tragedia finalizó el destino de la carrera y la Fórmula 1,que nunca regresó a las calles de uno de los lugares más temibles de su historia. La Fórmula 1 volvería en 1991 y cerraría el círculo.

Pero Montjuic solo seguiría siendo el corazón cultural y turístico de la capital catalana, lejos de albergar las competiciones de autos que por varios años adorno las calles de la ciudad. Al final las competiciones encontraron un lugar más adecuado para su realización

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