Una pintoresca calle empedrada en un antiguo pueblo rural se abre hacia un valle verde y montañoso. En la escena, varias personas caminan o descansan, sugiriendo un viaje íntimo de regreso a las raíces y a la vida sencilla.

"Cuando todo va demasiado rápido, algunos viajeros buscan detener el tiempo y reconectar con lo que los hizo quienes son. No es nostalgia: es redescubrir la esencia de su identidad."

Un viejo impulso humano que vuelve a tomar fuerza
Volver a los orígenes no es una tendencia nueva. Los pueblos antiguos ya viajaban para reencontrar su historia: los griegos acudían a Delfos para comprender su destino, las comunidades judías regresaban a Jerusalén para afianzar su identidad, y en muchas culturas africanas los mayores transmitían el pasado familiar como si fueran archivos vivos.Lo que cambia hoy es la escala. La globalización, las migraciones y las vidas fragmentadas han despertado en millones de personas una necesidad de reconstruir el hilo que une su historia personal con la historia colectiva.La OMT estima que casi un tercio de los viajeros internacionales realiza desplazamientos motivados por razones culturales, familiares o identitarias. Una cifra que no deja de crecer.

Un viaje que también es una introspección
1. La búsqueda de las raíces familiares
La popularidad de los test de ADN y las plataformas de genealogía con más de 30 millones de usuarios, según MIT Technology Review ha impulsado a muchas personas a visitar los pueblos donde nacieron sus abuelos, bisabuelos o antepasados.No es solo curiosidad. Para muchos, es una forma de cerrar heridas, rescatar nombres olvidados o comprender migraciones que marcaron generaciones enteras.

2. La necesidad de volver a lo esencial
El ritmo acelerado de las ciudades ha creado una fatiga emocional global. Por eso, muchos viajeros buscan comunidades rurales donde el tiempo se vive de otra manera.
Buscan silencio, autenticidad, contacto humano. No lujos, sino sentido.

3. Entender el pasado colectivo
Para las diásporas, este viaje tiene un valor emocional inmenso. Visitar los lugares donde comenzó la historia familiar es una manera de reconstruir una identidad fragmentada.El filósofo Achille Mbembe lo resume así:«Regresar a las fuentes no es retroceder, sino volver a mirar el mundo desde la raíz de nuestra historia».


El impacto económico: cuando regresar también impulsa a los territorios
Hablar del retorno a las raíces es hablar de emociones, pero también de economía. Este tipo de turismo, aunque discreto, genera beneficios que los territorios sienten de manera directa.

1. Dinero que se queda en la comunidad
A diferencia del turismo masivo, donde gran parte de los ingresos se concentran en grandes cadenas, el turismo identitario beneficia sobre todo a las economías locales.El gasto del viajero se reparte entre:
 -Alojamientos familiares
 -Restaurantes tradicionales
 -Artesanos
 -Agricultores
 -Guías locales
 -Museos y archivos regionales
La UNESCO estima que hasta el 70 % de estos ingresos permanece en la zona, una cifra que duplica la del turismo convencional.

2. Nuevas oportunidades laborales
En muchos pueblos, la llegada de viajeros interesados en la cultura local ha impulsado la creación de:
 -Casas rurales
 -Pequeñas agencias culturales
 -Talleres artesanales
 -Rutas genealógicas
 -Servicios de archivo e investigación
La OMT calcula que cada empleo directo en el turismo puede generar hasta dos empleos indirectos, lo que es especialmente relevante en zonas rurales que sufrían despoblación.

3. Restauración del patrimonio
Cuando las personas regresan a sus lugares de origen, crece el interés por conservar aquello que forma parte de la memoria colectiva:
 -Casas antiguas,
 -Edificios comunitarios
 -Centros culturales
 -Archivos
 -Lugares simbólicos de migración o resistencia histórica
Programas como La Ruta del Esclavo de la UNESCO han demostrado que el turismo identitario puede convertirse en una herramienta poderosa para rescatar historias silenciadas.

4. Un freno al éxodo rural
Cuando una comunidad vuelve a tener actividad económica, los jóvenes encuentran razones para quedarse.El turismo del retorno crea un círculo virtuoso: más visitantes, más ingresos, más oportunidades, más orgullo local.

5. Un turismo sostenible por naturaleza
Este tipo de viaje no necesita grandes infraestructuras ni provoca una degradación masiva del entorno.Se basa en:el respeto,el encuentro,la transmisión cultural,
el consumo responsable.En un mundo preocupado por la sostenibilidad, este modelo aparece como una alternativa equilibrada y duradera.

Ejemplos que hablan por sí solos
 -En Ghana, la campaña “Year of Return” atrajo a más de un millón de visitantes de la diáspora africana y generó 1.900 millones de dólares en ingresos.
 -En el sur de Italia, muchas localidades han visto renacer barrios enteros gracias a los descendientes de emigrantes que vuelven para reconstruir o invertir.
 -En Irlanda, los archivos nacionales reciben más de 50.000 consultas al año de personas que buscan rastros familiares.
 -Estos casos muestran que este turismo no es anecdótico: mueve emociones, pero también mueve economías.

Volver para encontrar un lugar en el mundo
Regresar a las raíces es una forma de reconciliarse con la propia historia, pero también de fortalecer territorios olvidados. Es un turismo que transforma tanto al viajero como a las comunidades que lo reciben.Como escribió Claude Lévi-Strauss:«Viajar es reencontrar lo que hemos perdido, o lo que creíamos perdido».Hoy, ese reencuentro se ha convertido en una de las formas más humanas y significativas de viajar.

 

Escribir un comentario