Museo del Ferrocarril en Móra la Nova
A finales del siglo XIX, Móra la Nova tenía como misión principal comunicar Barcelona con Madrid, y hoy acoge diversas locomotoras históricas.

El Ferrocarril es parte de nuestra vida.....

  • Une pueblos, culturas y comercio

  • Un museo para visitar en familia

  • Para conocer la historia cerca de las vías de tren

  • Lo encontramos en Móra la Nova

  • Punto de encuentro del turismo, la historia y las experiencias

El Museo del Ferrocarril en Móra la Nova ocupa varios edificios del antiguo complejo ferroviario, así como otros de nueva construcción. El punto de acogida de visitantes se encuentra en la Torre del Enclave, situada al andén principal de la estación a unos 100 metros del edificio de viajeros en dirección Zaragoza.

El museo está concebido para dar a conocer las antiguas instalaciones ferroviarias, la línea de los Directos que une Barcelona y Madrid, y la cultura ferroviaria en un sentido amplio. Gestionado por los voluntarios de la Asociación para la Preservación del Patrimonio Ferroviario e industrial, siguiendo el modelo de conservación patrimonial más extendido a nivel europeo y mundial en cuanto al ámbito ferroviario. También desde el museo se impulsa, entre otros, la creación de un tren histórico turístico.

El museo se va desarrollando en diferentes fases y en la actualidad ya son visitables cuatro espacios muy diferenciados, cada uno de ellos centrado en una temática diferente: la Torre del Enclave, el puente giratorio, el taller de material rodante y la cochera del tren histórico turístico.

A lo largo del año el museo acoge varios acontecimientos como visitas teatralizadas, el bautizo ferroviario o la Fiesta del Tren. Información Aquí.

Museo del Ferrocarril en Móra la Nova

La Historia de la estación

Móra la Nova fue históricamente una estación muy importante porque en el momento que se pone en servicio este tramo de la línea de los Directos, a finales del siglo XIX, esta tenía como misión principal comunicar Barcelona con Madrid, dos ciudades muy distantes. Para hacerlo se necesitaban puntos de relevo de las locomotoras de vapor que tenían que ser cambiadas cada cierto número de kilómetros para poder hacer el trayecto en un tiempo competitivo y para que las máquinas desarrollaran sus mejores prestaciones.

En aquella época las locomotoras y su tecnología permitían hacer estos tipos de relevo cada 150-180 kilómetros. Por eso se dividió el tramo Madrid-Barcelona, que tiene una longitud de 633 kilómetros, en cuatro tramos y Móra la Nova resultó ser un punto distante aproximadamente 150 km. de Barcelona y unos 180 km. de Zaragoza.

También en Móra la Nova se relevaban las tripulaciones del tren. En los trenes el capitán era el conductor del tren, y bajo su responsabilidad tenía al maquinista, al fogonero, y otro personal según el tipo de tren. En el caso de los de viajeros había mozos de tren, un revisor y otro personal al servicio del viajero y en casos de trenes de mercancías encontrábamos los mozos de carga y descarga, agentes guardafrenos. A causa del relevo había que dotar la estación de una serie de edificaciones que pudieran dar servicio a las tripulaciones para dormir y comer.

Museo del Ferrocarril en Móra la Nova

Móra la Nova también tiene otra particularidad, y es que se clasificaban los trenes de mercancías. Los trenes llegaban de sus puntos de origen con un gran número de vagones cargados de productos diferentes e iban a destinos diferentes. En aquel tiempo no había trenes de origen y destino directo y tampoco había trenes puros, es decir con el mismo tipo de mercancía. En un punto del recorrido, los vagones se tenían que clasificar y esta operación se realizaba en muy pocas estaciones. Entre Barcelona y Madrid, la clasificación se producía en Móra la Nova.

Pasajeros…. ¡Al tren!

Imagen-portada: Locomotora histórica Renfe 241F2238
Fuente e Imágenes: Museo del Ferrocarril, Móra la Nova

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