Fermoselle, el pueblo de las mil bodegas
Centenares de corredores subterráneos forman un laberinto de bodegas con historia.

Maravillas o misterios bajo tierra…….

  • Centenares de corredores subterráneos

  • Un laberinto de bodegas centenarias

  • Un pueblo atado a la vid y el vino

  • Digno para turistear y catar sus caldos

  • Los Vinos DO. Arribes

  • Vivir la historia de la tierra

Si eres de los que le encanta viajar y visitar lugares para conocer los sabores y tradiciones relacionados con el mundo y el turismo, Fermoselle está totalmente horadado por bodegas, un patrimonio subterráneo que le ha valido el sobrenombre de «El Pueblo de las 1000 Bodegas».

Fermoselle es un pequeño municipio de la provincia de Zamora, en la comunidad autónoma de Castilla y León, en el que habitan alrededor de 1.250 vecinos. Limita al norte con Villar del Buey y Portugal, al sur con Villarino de los Aires, Trabanca y Almendra, una zona donde la historia se vive alrededor de la enología.

Al caminar por las calles de Fermoselle verás un sin fin de puertas de maderas por doquier, escaleras que se meten misteriosamente en dirección al subsuelo, otras que se ubican encima de las puertas de las casas… ¿Sabías que una inmensa mayoría de estas puertas conducen a bodegas excavadas en la dura roca donde se ha guardado el vino fermosellano desde hace cientos de años y que mediante un entramado de galerías se comunican entre ellas bajo el suelo hasta formar prácticamente otro pueblo subterráneo?

Fermoselle el pueblo de las mil bodegas bajo el suelo

Bajo el suelo de Fermoselle

La cultura de la vid y el vino, no es una mera forma de hablar, tal es la importancia que ha tenido sobre Fermoselle que el municipio está totalmente horadado por bodegas, un patrimonio subterráneo que le ha valido el sobrenombre de «El Pueblo de las 1000 Bodegas».

En Fermoselle desde siempre, el vino se ubicó en el subsuelo, al resguardo de las inclemencias del clima. Durante cientos de años, los fermosellanos han dado forma a todo un entramado de galerías con el fin de crear un lugar idóneo para conservar el vino y otros productos.

Te sugerimos visitar los pequeños habitáculos excavados en la roca, sostenidos con arcos de medio punto, pilares y sillería que se van comunicando unos con otros a través de galerías subterráneas hasta conformar otro pueblo bajo el suelo del municipio. Algunos datan, al menos, del siglo X.

“Una cultura milenaria que aún no ha muerto”

Fermoselle el pueblo de las mil bodegas bajo el suelo

La Tradición Centenaria

Ya en el siglo XIII, tal era el consumo de vino de Fermoselle, que el Concejo de Zamora prohibió su venta y a cambio de algunas concesiones permitió a los fermosellanos comercializar en algunos pueblos de Sayago eliminando la competencia de sus propios caldos.

Hasta el siglo XVIII los vinos de Fermoselle tuvieron muchas dificultades para abrirse espacio en los mercados. Ya en el siglo XIX la filoxera que asoló a toda la provincia de Zamora, permitió a Fermoselle convertirse en el principal abastecedor de vino de la provincia, gracias al remplazo de los viñedos con variedades proveniente de América.

Vinos DO. Arribes

Hablar de elaborar vino es hablar de la tradición más antigua que se recuerda en Fermoselle. Desde tiempos inmemoriales los habitantes han aprovechado el terreno y el clima para hacer el vino con más solera de los Arribes del Duero.

La Denominación de Origen Arribes reconoce la adecuación de los parámetros de calidad de los vinos de Fermoselle, cultivados en los bancales de la zona y con variedades de uva propia que te permitirán una experiencia enológica diferente.

Varias bodegas te ofrecen la posibilidad de catar y disfrutar de los diferentes “vinos de los Arribes del Duero”, varias de las cuales cuentan ya con la Denominación de Origen Arribes del Duero.

La uva autóctona, conocida como Juan García, supone uno de los principales activos de esta Denominación de Origen, aunque podrás saborear vinos elaborados con diferentes variedades de uva.

Fermoselle el pueblo de las mil bodegas bajo el suelo

Juan García, la uva con nombre propio

En Fermoselle se cultiva en un elevado porcentaje la típica y autóctona variedad de uva denominada Juan García.

Su hábitat original son las laderas y terrazas del Duero y sus afluentes. Se trata de una uva de vino tinto que no presenta una alta acidez ni tampoco una elevada graduación alcohólica. El sistema de poda empleado permite alcanzar el grado alcohólico deseado.

Aunque no se conoce a ciencia cierta su origen, se sabe que es previo a la plaga de la filoxera que asoló la zona y convierte a esta variedad en una superviviente de la historia por sus grandes cualidades de adaptación al terreno y al clima.

Su floración no es temprana, por lo que su productividad es alta, así como su resistencia a enfermedades y plagas. Se caracteriza por unos racimos compactos y pesados, cortos y con un tono azulado negruzco.

Se trata de una variedad de uva que supone una gran alternativa para los paladares que buscan sabores huyendo de los estándares del mercado.

Vino y Turismo

El viaje hasta Fermoselle, la visita al entramado subterráneo y a las bodegas, no puede terminar ahí, respiremos los aires de historia entre callejuelas del pueblo, visitemos y descubramos los rincones y monumentos que en él se concentran: El Castillo de Doña Urraca, la Iglesia de Ntra. Señora de la Asunción, el Convento de San Francisco, el Arco, la Iglesia de Santa Colomba, la Ermita de Santa Cruz, la Ermita de San Albín, la Ermita de la Soledad, el Puente de San Lorenzo y diversos miradores que nos permiten tener una visión general de Fermoselle y la comarca, los viñedos y su historia.

¡Buen viaje, turismo tranquilo y buenos vinos!!!!

Fermoselle el pueblo de las mil bodegas subterráneas

Imagen-portada: Plaza Mayor/Ayuntamiento
Fuente e Imágenes: Ayuntamiento de Fermoselle

 

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