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Ha sido una medida polémica que se aplicó desde el inicio del verano y que vino con la instauración de tornos y cámaras para así poder controlar la afluencia de turistas en la ciudad italiana.

En un inicio fueron los cruceros, que luego de varios años de someterse a debates en intentos de instauración finalmente el 1 de agosto dejaron de transitar por Plaza San Marcos, haciendo un desvío al Canal de Giudecca. Esto ha sido un acontecimiento histórico que permitió a la UNESCO eliminar a Venecia de la lista roja a pesar de que los cruceros siguen transitando por la laguna, norma que algunos ven insuficiente. Sin embargo, las restricciones se extienden también a los turistas que arriben a la ciudad por otros medios de transporte y que se aplicarían a partir del verano de 2002 y en donde estos deberán hacer reserva y cancelar una tasa para entrar a la lista de visitantes. 

Para esto se contará con una nueva aplicación en donde las personas que solo pasen un día en la ciudad, allí se podrá reservar la visita y hacer el pago correspondiente de la tasa que va entre 3 y 8 € dependiendo la época del año. Cabe aclarar que esta medida no excluye ni impide la entrada a nadie, solo que será un poco más difícil para aquellos quienes no hagan una reserva de hotel. Por otro lado, algunos sectores están de acuerdo en que es una medida antidemocrática y excluyente haciendo parecer a la ciudad como un parque de atracciones, situación de la que Venecia lleva mucho tiempo tratando de huir.

Junto a esto también se espera la instalación de tornos en los principales puntos de acceso a la ciudad, específicamente en la Piazzale de Roma, el puente Calatrava y la Plaza San Marcos. Esta es una medida que ya había sido probada en el 2018 y que los mismos ciudadanos se encargaron de eliminar. Desde la administración dan fe de que no tienen relación con la implementación de torniquetes, ya que tendrán tecnología para poder ingresar por medio de una tarjeta inteligente o escaneando un código que se podrá llevar en el móvil. 

Aunque aún se encuentra en debate sobre los cruceros y del sistema de diques para frenar el agua alta, se prevé que para mediados de este mes se lleve a cabo una prueba de este sistema en Tronchetto (el aparcamiento de la ciudad), pero no será hasta el mes de junio del próximo año que entrará en funcionamiento total. Estas puertas de acceso estarán conectadas con una sala de control inteligente y así poder monetizar la llegada, el destino y el origen de los turistas que lleguen allí. 

Para los turistas que decidan hospedarse en la ciudad, serán acreedores de un pase de ingreso a la ciudad y no tendrán que pagar el ingreso; quienes solo visiten la ciudad por un día deberán descargar la app, pagar la cuota, realizar la reserva y serán conocidos como “hit and run”.

El sistema tendrá a su disposición más de 500 cámaras con alta definición que ya fueron usadas en la cumbre del G20 y serán instaladas en lugares estratégicos como palacios, plazas, calles y canales y también se dispondrá de sensores que detectarán quien está en Venecia a través de los móviles. 

El objetivo inicial de este proyecto es disminuir la llegada de turistas, justo como lo exige la UNESCO y así evitar las aglomeraciones y los atascos en las calles. Esto sucedía con mucha frecuencia antes de marzo de 2020 y aunque aún no se llegan a las cifras del 2019, las plazas de la ciudad de Venecia se llenan de italianos y otros viajeros que hacen filas para tomar el vaporetto hacia diferentes lugares o para entrar a las plazas, lo que hace pensar que si no se toman acciones rápidas, la ciudad volverá a ser inhabitable. 

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