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Hace casi 70 años, en dos pequeños pueblos de Tirol del Sur, en Italia, cientos de habitantes tuvieron que empacar sus cosas y abandonar sus casas. Esto debido a un proyecto del Estado que otorgó a la empresa Montecatini en 1930 para la construcción de una presa en aquel lugar. Por esta razón, la hidroeléctrica tenía que unificar los lados de los pueblos de Curon y Resia que se encontraban separados por un muro de tierra, con el fin de dar lugar al lado Resia que terminó por inundar las dos poblaciones.

En el transcurso de la  Segunda Guerra Mundial este proyecto se estancó, pero después de un año de finalizada la guerra, la empresa lo volvió a poner en marcha. Los dos pueblos remontan su construcción al siglo XIV y ambas se situaban a orillas de ambos lagos, por lo que elevación de 22 metros del nivel del agua sumergió a las dos poblaciones en 1950. Lo más grave de la situación tuvo lugar años después cuando el proyecto fue abandonado para incursionar en otras formas de generación de energía, pero para ese entonces la situación de los pueblos ya no tenía retorno.

Desde aquel momento, los dos pueblos se reconstruyeron en una zona más alta con vista al lago en el que se encontraban sus pueblos. Cerca de una veintena de familias se negaron a irse más lejos y construyeron sus casas y el templo a la orilla del nuevo lago. Por décadas lo único que se veía sobresalir del agua era el campanario de Sommerso de Curon que sobresalía del agua.

Hace un par de meses se comenzó a drenar el lago para recuperar el embalse que presentaba fisuras, y de a poco fueron apareciendo las ruinas de 160 casas de Curon en donde vivían cerca de 900 personas antes de darse la construcción de la presa. A pesar de que el lago se encontraba seco en el mes de abril, no fue hasta unas semanas después, luego de que se suavizaran las restricciones de movilidad por Covid-19 algunos visitantes del lugar compartieron imágenes por medio de redes sociales.

A pesar de que la reaparición del pueblo es una buena noticia tanto para turistas como para sus antiguos habitantes, esto tendrá fecha de caducidad. Los restos que han salido a la superficie volverán a desaparecer muy pronto, pues la empresa hidroeléctrica ya ha comenzado las labores de regresar el agua al lago, y será solo en cuestión de semanas que el pueblo de Curon volverá a sumergirse tal vez para siempre.

Este lugar, perfecto para realizar diferentes actividades deportivas como senderismo, ciclismo entre otros, alberga cada año a miles de turistas en cualquier estación. Antes de llegar a contemplar el lago Resia, los turistas pueden visitar las fábricas de chocolate y queso que se encuentran en el camino, también pueden hospedarse en pequeños hoteles de la zona y apreciar atracciones históricas de la región.

 

 

 

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